Ser Vinagre es una actitud
No importa cuál sea tu nivel de partida, ni cuáles sean tus capacidades límite. Los vinagres no buscamos records, ni medallas. Nuestras metas consisten en superar las trabas del día a día para afrontar cada uno de nuestros entrenos
Aplicando los principios de individualización y progresión mejoramos y aprendemos a interpretar nuestras sensaciones para ser más rápidos y consistentes en nuestras pruebas. Tan importante o más que estar fuerte es conocer cuál es el ritmo límite para cada momento. Es algo que la repetición de intervalos en distintos niveles de intensidad y duración nos enseña a detectar.
El estado de ánimo en el cual afrontamos cada sesión es fundamental, lo mismo para un entreno de recuperación que para una carrera de XCO. Mejoramos más si afrontamos con mucho ánimo un entreno un poco más asequibe que si nos obligamos hasta al fallo y al día siguiente vamos al entreno como si fueramos al dentista... o algo peor.
Hay que acabar siempre fuerte, siempre vinagre, en cualquier entreno o prueba. Siempre con la sonrisa del vinagre.
La planificación debe ser flexible, se debe adaptar a nosotros y no al revés. Cada microciclo semanal lo podemos y debemos adaptar a los imprevistos que surgen ¡sin caer en la pereza!. El principio de progresión aplicado a los planes se debe mantener o nuestras mejoras no llegarán.
Por último no esperes mejoras espectaculares en poco tiempo, un vinagre es flexible pero también cumplidor, paciente y disfruta de cada fase del entrenamiento